septiembre 19, 2009

DIRECTIVOS Y BALONCESTO


Acabo de terminar de ver el partido de basket de la selección española y aparte de felicitar a los jugadores, me gustaría felicitar a todos los que han ayudado y han creído en este bloque de jugadores.

Gane o no ganen, mañana la final, han vuelto a demostrar lo grandes que son, llevan varios años en lo mas alto y todo gracias a su trabajo y dedicación, este equipo incluido su entrenador, hoy Scariolo y ayer gente tan impresionante, como Aito Garcia Reneses y el gran Pepu Hernandez, que en su papel de director técnico han conseguido, no cometer los errores que suelen caracterizar a otros directivos, con ejemplos como Maradona en el fútbol y como muchos de los ejecutivos de las empresas de nuestro país, que con sus errores condenan a la desaparición o a un ERE a las empresas que dirigen.

No todo el mundo sirve para todo, Gasol es un gran jugador, pero eso no implica que sea un gran entrenador, igual que Maradona o Schuster en el fútbol, que levantaron pasiones como jugadores y están destrozando su currículum entrenando.

En el mundo empresarial ocurre lo mismo, un buen vendedor, no tiene que ser un buen jefe de ventas y este puede, no triunfar, como director comercial y así hasta lo mas alto de la cúspide, como todo en esta vida, hay excepciones, pero hay grandes trabajadores que no encajan en sus nuevos cargos que les fueron adjudicados por automatismo, como dice Josep Maria Espinas, “un gran abogado puede ser un mal ministro de justicia y un buen economista puede fallar como gerente empresarial”

Como Espinas, también soy de la opinión que este es un de los grandes problemas de las empresas de nuestro país, hay gente que llega a sus cargos erróneamente.

Dirigir no es fácil, un gran vendedor vende, un buen director dirige, ayuda y convence.
Enviar directrices, asumidas y no consensuadas, ni contrastadas con la dirección general, crea un personaje que simplemente transmite ordenes a través de mails y que no aporta nada a la organización.

Un buen director sabe que una estructura de mandos bien alineada con los objetivos de la empresa es la clave para el éxito.
La desconfianza de los mandos inferiores a las decisiones y la no posibilidad de retocar o negociarlas, crea desidia y un abandono a la deriva de la empresa.

Las empresas, como la selección de basket, que ya lo encontró, necesitan jefes que tengan e impartan criterio, que sean exigentes y que transmitan lo que saben.

Una empresa es una mini sociedad, donde debe imperar la transparencia, confianza, transmisión de valores y la alineación con la consecución de beneficios a corto, medio y largo plazo.

Y los directores generales y comerciales deben reflexionar sobre la responsabilidad del mando con sus equipos y activar y reactivar por activa y por pasiva esa responsabilidad, entre los directivos y ellos, creando un feedback real y no a través de peticiones, como rellenar cuestionarios, que preceden a reuniones que deberían ser base para una alineación conjunta y de una implicación directa, para tener la clave del éxito y por tanto una ventaja competitiva sobre los demás.

Se suele decir, que la persona adecuada debe estar en el lugar adecuado, aunque la practica, demuestra que son erróneas las decisiones de convertir, en director a los Schuster o Maradona de turno.
Sin buenos jugadores, que conformen un buen equipo, escogiendo al mejor para cada puesto y dejándoles aportar, no conseguiremos trabajar, sin miedos a “codazos” fuera de la pista y seguro que perderemos siempre en los cruces de cuartos o en las cuentas de resultados de nuestra empresa.

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